2018
Intimidad y privacidad son dos conceptos estrechamente relacionados pero enfrentados a lo público y que en este proyecto se expone la posibilidad de que un lugar público y comercial, como es la calle Alberto Aguilera de Madrid, esté compuesto de las intimidades individuales de cada persona que pasea por ella, y que, de algún modo, observando a través de telefonillo podemos invadirlas desde el hogar.
Mediante la descontextualización de las imágenes, pasadas a pintura y del aparato como pieza artística se evidencia la problemática que existe entre estos conceptos, en una sociedad en la que la tecnología convive con nosotros incluso en lo que consideramos los espacios más íntimos y seguros, fragmentando de algún modo estas cualidades intrínsecas del hogar.
La obra se compone de:
– Una caja desplegable que unifica el contenido a modo de libro de artista.
– Siete pinturas basadas en fotografías que fui tomando todos los días a las 18:00 durante una semana.
– Un telefonillo, que además de complementar la obra y ayudar a su referenciación, se inserta en la obra para una hipotética instalación en la que se organizarían las pinturas alrededor del mismo sobre una pared. En el telefonillo se podría observar a los propios espectadores de la obra mientras ven la misma, a tiempo real.